Día de Muertos en una familia Belga-Mexicana!
Soy mexicana porque ahí nací, de donde tengo hermosos recuerdos, y a mis padres y familia, pero después de llevar tanto tiempo fuera, cuando uno vuelve se siente que uno ya no encaja, todo es distinto. Yo extraño mucho el México que dejé y el México de mi infancia.
Cuando dejé México, nunca me imaginé que la próxima vez que volvería sería solo como turista. Muchos años han pasado, países y experiencias que he tenido que vivir. He tenido que reinventarme varias veces para poder sobrevivir.
Pero el más grande reto fue encontrar “mi hogar” en tantos lugares diferentes. Después de haber vivido en Barcelona por varios años, lugar que yo consideraba “mi hogar” y que tuve que dejar por la terrible crisis en España, llegué a Berlín por sugerencia de mi hermana sin saber que mi vida cambiaría por completo.
Berlín, la ciudad que marcó un principio, un nuevo capítulo en mi vida, la maravillosa ciudad donde conocí al que ahora es mi marido (Belga) y donde nació la personita que me convirtió en mamá. Sin duda, un lugar especial y que se convirtió en mi hogar por 4 hermosos años.
Después, llegó el momento de mudarse a Bélgica, “regresar a casa para mi marido”, pero para mi fue una nueva adaptación. Al principio me costó mucho la idea de que Bélgica se convertiría en mi país. Lo que cambió al nacer mi segunda hija y comprar nuestra pequeña casa, pero también surgió una nueva complicación: un choque cultural.
Ser una familia multicultural, es complicado, y más aún cuando tu marido es diplomático de un país que de por sí es multicultural y multilingüe.
Cómo mexicana, una de las tradiciones que más me trae recuerdos es la del “dia de muertos”, tengo tantas anécdotas alrededor de esta celebración que me gustaría mantenerlas vivas y pasarlas a mis hijas.
Así que este año me vi a la tarea de empezar mi nueva tradición, los días para recordar a la muerte y a los difuntos.
Empezamos nuestra celebración con el día de Halloween, cada año nuestra calle se llena de niños disfrazados para ir de puerta en puerta para pedir sus dulces. Como mis hijas aún están pequeñas yo organizo primero una pequeña fiesta en casa y después salimos a pedir dulces, este año debido a la pandemia solo decoramos nuestra casa con fantasmas, telarañas y murciélagos. Mis hijas se disfrazaron y salieron en la oscuridad al jardín con linternas a buscar sus dulces que previamente habíamos escondido.
También pusimos nuestra tradicional ofrenda, con flores, fotos de mis abuelos y los abuelos de mi marido, con algunas de las cosas que a nuestros difuntos les gustaba hacer, beber o comer.
Hicimos manteles y adornos con papel picado y hasta escribimos juntas una calavera literaria sobre nuestra familia que pusimos en medio de la ofrenda.
Calaverita a los Kippers
Estaban Maia y Alice
En casa preparando su veliz
Para hacer un viaje a París
Sin saber que súbitamente todo cambiaría
De un sopetón
La calaca las sorprendió
Y de un buen jalón
Al panteón se las llevó
Con berrinches y peleas
Hasta la calaca se asustó
Y a su casa las regreso
Y en su lugar a los papás Kippers
Se llevo!
Y desde entonces los papás Kippers
Cada año las visitó!
También junto con mis hijas horneamos un delicioso pan de muerto que por último comimos acompañado de un rico chocolate caliente.
Sin duda unos días llenos de risas, dulces y mucha tradición. Me siento muy orgullosa de tener una familia multicultural!
